martes, 24 de julio de 2007

Sanando la mentalidad de culpa y castigo

Parte 1: - Hermanos!!!! Ustedes tienen que dedicar tiempo a la oración. Ustedes deben ayunar, porque la palabra lo dice!!! Ustedes no deben pecar!!! Deben comportarse como nuestro Señor.

Parte 2: Cuando mi hermana menor hace alguna travesura y alguien termina llorando, ella siempre parte a esconderse bajo la mesa, para huir de las miradas de condenación de todos. La mesa es, a veces, su escudo para que mi mamá no logre retarla por lo que había hecho...
Hay veces en que he ido a ver qué hace mientras está escondida debajo de la mesa, y su rostro es de mucha tristeza. Es como si supiera lo que hizo, pero a vez siente temor de que la puedan agredir con algún castigo...


Hace un par de años mi conversación con Dios siempre partía con peticiones de perdón y con expresiones como: "Soy tan débil", "No entiendo por qué actúo así", "Por qué nada me resulta??". Todavía recuerdo que cada vez que no lograba algo, todos los dardos en mi mente iban contra mí mismo. "No oraste lo suficiente", "te quedaste dormido y por eso no resultó". Ahora recuerdo eso y me produce una sensación de extrañeza: ¿qué bicho raro es capaz de orar así? Lamentablemente son muchos los "bichos" que oran así. No quiero decir con esto que no haya que pedir perdón; lo que quiero decir es que el centro de todo no es nuestra imperfección... el centro está en lo que trataré a continuación:


- Esfuerzo v/s resultados: Nuestra mente exige que nuestros esfuerzos sean consecuentes con nuestros resultados. Esa relación causa-efecto causa pensamientos de frustración y desgano... "Me esforcé tanto y nada...." "Lo di todo y no conseguí ningún aporte..." La culpa corroe los sueños y termina como tapar los resultados positivos.

- Síndrome de perfección: Hay quienes intentan hacerlo todo bien para que Dios "se agrade", o bien para que todo salga como se tenía planeado. Siempre hay que ser excelentes, pero debemos entender que muchas circucunstancias no dependen de nosotros. El Padre espera la sencillez del que da lo mejor en todo.

- En el castigo no hay destrucción: "Los castigos ejemplares" muchas veces terminan por traumar a los niños, más allá de corregirlos.

- Incondicionalidad de Dios: Esto es lo que me abrió la mente y me sigue sorprendiendo. Yo pensaba que Dios era bueno para castigar y a habían días que me levantaba pensando que por mis errores Dios me castigaría (suena chistoso pero es así). Vi como ese "tienes que" se transformaba en un "te invito a". Que no vengan con cuentos!!!! Nadie puede hacer nada para ganarse el corazón de Dios!!! Ni siquiera mil horas de oración lo lograrían. ¿Hasta cuándo pensaremos que el amor de Dios se basa en nuestros esfuerzos..? ¿Hasta cuándo...? Su amor no conlleva temor, porque el temor lleva en sí castigo...
A veces me veo como mi hermana pequeña, tratando de esconderme del castigo de Dios a través de acciones que intenten "agradarle". Pero también veo cuando Dios levanta el mantel para ver mi rostro y hacerme ver que sus brazos siguen tan abiertos como siempre...

- Libertad: Si te basas en el "tienes que" pasarás tu vida intentando elaborar estrategias que logren sanar tu conciencia, pero si tienes un par de lentes espirituales podrás ver más claramente que para entrar a la casa de Dios el único requisito es tener un corazón humilde.


LA INTIMIDAD TRAE REVELACIÓN; LA REVELACIÓN TRAE TRANSFORMACIÓN; LA TRANSFOMACIÓN TRAERÁ UNA ACCIÓN