miércoles, 15 de agosto de 2007

Carácter conforme a Él (parte 1)

¿Cuántas veces hemos anhelado que la gloria de Dios esté sobre nosotros o el hecho de ver cumplidas las promesas poderosas que el Padre ha puesto en nuestros corazones? Quizás muchas. A mí me ha quitado largas hora de sueño el pensar en lo que Dios hará en mi futuro. Sin embargo, quiero que todos conozcan unas de las piezas más importantes de este rompecabezas. Para muchos será la parte más difícil de hacer calzar, o bien será la más sufrida. No lo sé...

Esta vez me referiré a la lengua. Aquel miembro compuesto de varios pares de músculos (genigloso, faringogloso, hiogloso, etc.), es muchas veces el que más problemas nos trae. Y resulta impresionante que anhelemos que Dios hable a través nuestro, sin embargo no existe el esfuerzo por guardar nuestras palabras de aquello que no conviene.

Me llama la atención que existan personas que hacen alarde de cosas pequeñas, como por ejemplo que a un niño se le caiga un vaso y éste se rompa. Entonces su boca se ve estimulada a decir toda clase de improperios. No digo esto para juzgar a gente que no conoce a Dios, sino más bien a aquellos que, diciendo conocer la verdad, no son capaces de refrenar su lengua. Que llamándose cristianos no disfrutan de las cosas sencillas de la vida. El libro de los proverbios, una y otra vez, dice que el que refrena su lengua es sabio. Incluso dice que el necio, si callare, es contado como prudente.


¿Qué tiene la lengua? Es el instrumento mediante el cual se ve reflejado nuestro corazón. No por nada la Biblia dice: "De la abundancia del corazón habla la boca". Podría decirse que la lengua es la puerta de salida de todo lo que hemos guardado en nuestro interior. Si guardamos odio, entonces nuestra boca no tardará mucho en levantar calumnias y hablar mal de aquella persona hacia la cual guardamos ese sentimiento. O si existe un gozo en nuestro interior, tampoco guardaremos por mucho tiempo eso.


¿Alguno quiere ser usado por Dios? Entonces refrene su lengua de hablar lo que no conviene. Quizás el hablar de cuando se cae un vaso no es algo tan fuerte como una traición o una infidelidad. ¿Qué hacer con eso? Callar. Mientras más callas, Dios te defenderá más. Si crees que con tu boca vas a ganar adeptos, estás muy equivocado. Si callas en cuanto a vergarte o en cuanto a querer hacer algo malo a alguien, entonces ganarás al mayor de los adeptos: a Dios.


Hay que recordar esto: "Mientras más callo, más me defiende el Padre, porque ya no son mis fuerzas o ya no es la verborrea de mi lengua" No no!!!! Es la voz del Padre que decreta los tiempos y las personas. Él ama a los sabios y a los que frente a los angustiadores son capaces de callar. Aunque llores de aflicción por querer hacer algo en venganza contra alguien, tienes la mejor oportunidad de dar en el blanco: en el silencio está la salida...


Que nuestro hablar sea deseando el bien a todos, y con limpieza de corazón. Si alguien se ha enojado contigo respecto de un asunto, y te ignora al pasar o simplemente calumnia tu imagen, puedes dar en el blanco, y hacer lo que el diablo no quiere que hagas: que descanses. Con ello tenemos la batalla ganada y concebiremos frutos de sabiduría y amor...


La lengua tiene el poder de la vida y de la muerte. ¿Qué harás tú con tu boca: sonreír o rechinar los dientes? ¿Crear heridas o sembrar sueños? ¿Tu boca es un manantial que da vida a otros? ¿Quieres que Dios te use? Entonces tu arma en medio de los conflictos es el silencio. Dios defiende a los que le temen, y cuida cada uno de sus pasos.


Continuará...